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Asombrada por vivir sólo una historia, decidí probarlas todas, una a una. También escribo y dibujo.

jueves, 17 de enero de 2013

Steampunk: Bajo bandera negra


Las lluvias de invierno son las peores. Las de otoño tienen el encanto de la novedad, pero las de enero son simplemente un estorbo. Por eso es tan útil que haya barcos voladores, para poder, si lo deseas, sobrevolar la tormenta, o navegar entre las nubes como por un inquietante Mar de los Sargazos, con los motores apagados, a impulso sólo del aire. 

              Si te aburres, puedes pilotar hacia abajo, a toda velocidad, hasta casi tocar la superficie del océano, y luego subir deprisa, recibiendo la lluvia en el rostro, salvaje y libre. Atacar las altas torres de despachos y escapar con el botín sin que el portero, abajo, con su paraguas, llegue a enterarse de nada. Y estar en Londres, o en la Martinica, a tiempo para cenar. 

              Es genial ser un pirata en enero.

Ilustración de Esperanza Peinado

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