Os voy a contar un cuento: La niña de los cuervos
Ahora que los
días aún son cortos y las noches largas, y sigue haciendo frío, se me ha
ocurrido contaros un cuento. Uno que tenga un poco de todo: princesas y
príncipes, villanos, magia, peligros y final feliz.
Se trata de
una serie de ilustraciones que hice para participar en la Feria del Libro
Infantil de Bolonia, que se celebrará en marzo. De niña, la mayoría de las
ilustraciones de mis libros no me gustaban demasiado. Actualmente hay ilustradores
infantiles a los que admiro (como Rebecca Dautremer) y es posible que, si viera ahora
por primera vez alguno de los dibujos que entonces me fastidiaban, los apreciase
algo más pero, cuando era niña, no encontraba graciosas ni imaginativas las
caricaturas de los personajes, las cabezas y cuerpos basados en formas
geométricas y los brazos que no tenían el número adecuado de codos. Yo quería
ver a Juan Sin Miedo, o a un dragón de verdad y aquellas criaturas regordetas,
de nariz colorada (ambos eran así, y eso que eran libros diferentes) me decepcionaban.
Estos, o algo parecido, son los dibujos que yo hubiera querido ver en mis
cuentos de pequeña, incluido el color del cabello de la protagonista. En mis
cuentos, las princesas siempre eran rubias, con enormes ojos azules.
Así que poneos
cómodos, tapaos con una manta, preparaos un té, o un café, o un chocolate
caliente, y empezamos:
La niña de los cuervos
Había una vez,
hace mucho, mucho tiempo, un rey y una reina que tenían cuatro hijos…
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