Qamar y la perla (I)
Las bases del III Concurso de Cómics de Medina Azahara
establecían que debía ser una historia ambientada en Medina Azahara, ya fuese
en las ruinas, durante la vida cotidiana en el siglo X o durante su
destrucción. Me pareció genial. Me encantan las historias: creo en el poder que
tienen para hacernos viajar en el tiempo, a otras ciudades, a otros mundos o al
interior de otras personas. Así que decidí intentar contar esto precisamente, cómo a través de un cuento el narrador y el oyente
(y el lector con ellos) pasean por la Medina Azahara original.
Tenía un máximo de cuatro páginas, así que me decidí por
una historia corta y sencilla sobre una
criada ingeniosa que aspira a que le
dejen casarse con su amado, un joven de clase noble, porque, como decía el
Milagroso Max: “el amor verdadero es lo más grande del mundo. A excepción de los
bocadillos de cordero, lechuga y tomate, cuando el tomate está maduro y el
cordero está en su punto”.
Algunos detalles del cómic son históricos (o, al menos,
registrados en fuentes escritas de la época), como los leones de Abderramán III
o la enorme perla del Salón Peregrino, que fue un regalo del rey de
Constantinopla.
El cómic completo estará expuesto en Medina Azahara hasta
el 28 de julio.
Los leones de la Alhambra
Esta mañana en el Museo del Romanticismo había un taller de papiroflexia familiar. No sé muy bien qué tiene que ver la papiroflexia con el romanticismo (o con las familias, que me veo a los padres intentando plegar una jirafa con una mano mientras con la otra intervienen en una pelea por la hoja de color rosa) pero me parece una iniciativa original y muy entretenida para celebrar el 18 de mayo.
Casi todos los museos han pensado algo interesante para hoy: conciertos, instalaciones, concursos, conferencias, coloquios. En un rato empieza una conferencia sobre tatuajes, con espectáculo en el Museo Nacional de Antropología, y un juego de pistas ambientado en el 1913 en el de Artes Decorativas. En Altamira y en el Museo del Traje hay un photocall. Todo esto aparte, por supuesto, de entradas gratuítas, visitas guiadas y horarios intensivos en casi todas partes. A mi, que estoy de viaje, me está viniendo especialmente bien, pero espero que vosotros tengais como yo un buen plan para el Dia Internacional de los Museos.
Estos dibujos pertenecen también a un 18 de mayo de hace ya algunos años. Los hice por encargo para ilustrar un cuadernillo de actividades y juegos para niños en el Museo de la Alhambra de Granada, con textos de Soledad Gómez Vilchez. Siendo la Fuente de los Leones el símbolo por excelencia de la Alhambra, la idea era hacerlos más juguetones y cercanos. Más parecidos a mi gato, en resumen (uno de ellos incluso ha encontrado un ratón).
¡Pasad un gran día!

La tarde en el Alcázar
Aprovechando el tiempo que está haciendo, ayer Diana
Carvajal y yo decidimos pasar la tarde en los jardines del Alcázar.

El plan era
tomar un helado, pasear y dibujar escuchando las fuentes, así que yo me llevé
mi
cuaderno y ella se trajo uno a estrenar. Pasamos un buen rato disfrutando de
las flores, los peces y las ranas y los setos recortados en forma de torre y de
tetera, y decidiendo dónde colocarnos y, finalmente, encontramos un sitio que
nos convenció a las dos. Fue entonces cuando descubrimos que el cuaderno de
Diana era mágico. Apenas empezó a dibujar, se puso a llover.
Poca cosa, algunas gotas aisladas, nada molesto salvo que,
como ella, estuvieras usando un pincel
con tinta soluble. Así que cerró el cuaderno y esperó un poco. Dejó de llover
casi de inmediato pero, para asegurar, dio una vuelta y sacó algunas
fotografías (una, de su pie en perspectiva ante un estanque: porque es una
artista). Luego reemprendió el trabajo y, por supuesto, empezó a llover de
nuevo. Cerró el cuaderno, dejó de llover, charlamos mientras yo dibujaba,
reapareció el sol, se sentó otra vez, reemprendió el boceto, regresó la
lluvia. Aquí ya lo dejó por imposible,
así que no volvió a llover.
Mientras averiguamos si el cuaderno tiene arreglo o lo
guardamos para tiempos de sequía, este es mi dibujo ya acabado:
Si queréis saber de lo que es capaz Diana cuando no le
llueve, os dejo el enlace a su
blog.
La bailarina
A veces pienso que, si me esforzase en serio, podría ser perfecta como una bailarina de plata. Luminosa y ligera como el ala de un ángel. Pulida y tersa como la porcelana. Dios mío, sería aburridísimo.
(Ilustración de Esperanza Peinado)
2 Comentarios ¡Gracias! :