Si hay algo que tienen en común todos los integrantes del Bello Pueblo (a los que no por nada les gusta ser llamados así) es que son presumidos o, por decirlo de otro modo, que son altamente conscientes de su propia perfección y disfrutan adornándola. Este hada en cuestión, a la que ya os había presentado antes, llevaba un tiempo quejándose de que necesitaba una pequeña puesta a punto. Que si las alas, que si el pelo, que si la hoja del nenúfar sobre la que está sentada... Para que se quedase tranquila, la he estado retocando un poco y, la verdad, las dos estamos bastante satisfechas con el resultado. Os he dejado un detalle de la cara antes y después (como siempre, clic para ampliar) pero, si queréis comparar mejor, este es el enlace a la primera versión.