Steampunk: fantasmas victorianos
Repaso las notas del profesor Sheffield
intentando averiguar dónde está el problema, pero no encuentro la clave y,
obviamente, ya no me es posible preguntarle a él. Cuento con aproximadamente
300 páginas (tres cuadernos) de cálculos minuciosos, varios pliegos de planos
muy detallados e incluso una maqueta realizada por el propio profesor
Sheffield. Incluso tuvo la amabilidad de venir a morirse exactamente sobre el pentagrama donde debíamos construir la
máquina, para conseguir la mayor precisión posible. Todos los que nos
encontrábamos esa noche en el teatro sabemos hasta qué punto esto último fue inoportuno
para él.
Y sin embargo, cuando hemos puesto
la máquina en funcionamiento, sólo ha aparecido esta niña desconcertante, en
absoluto cualificada para dar un informe científico completo de los otros
planos de existencia. No hace más que cantar y jugar a la rayuela y, a veces,
se trae una muñeca.
De modo que no sé qué hacer. Rusell
propone estúpidamente desconectar la máquina y volver a conectarla. Esto no nos
conduce a ninguna parte.
(Ilustración de Esperanza Peinado Plaza)
(Ilustración de Esperanza Peinado Plaza)
¡Me encanta! tiene un punto entrañable y desconcertante... una mezcla muy curiosa. Y el guiño a la solución de "apagar y encender" le pone un toque de humor muy actual. Todos tus post me gustan mucho, pero este especialmente :)
ResponderEliminar¡Muchas gracias! La verdad es que, mientras dibujaba, tenía una historia bastante más inquietante en mente pero, al empezar a escribir...
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