Mañana de verano
Hay una frase de Wilde, describiendo
a su amado Lord Alfred Douglas, que tenía en mente mientras trabajaba en esto: “Él
es como un narciso, tan blanco y oro”. Buscaba la fuerza del contraste entre el
color del cabello y el blanco casi de porcelana de la piel y de las sábanas. El
dibujo no ha quedado a la altura de la imagen pero, siendo sinceros, Lord
Alfred tampoco lo estuvo.
(Ilustración de Esperanza Peinado Plaza)
Precioso!!! Me encanta, wapa, es una pasada :**********
ResponderEliminarFormidable. Pues sí, lord Alfred nunco estuvo a la altura. En cambio uno se puede esperar lo mejor de esta chica de eburnea piel y delicadas manos. ¡Qué manos!
ResponderEliminarEmilio
Coincido con anónimo: ¡qué manos!
ResponderEliminarMuchas gracias, así da gusto :)
ResponderEliminar