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Asombrada por vivir sólo una historia, decidí probarlas todas, una a una. También escribo y dibujo.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Mañana de verano



Hay una frase de Wilde, describiendo a su amado Lord Alfred Douglas, que tenía en mente mientras trabajaba en esto: “Él es como un narciso, tan blanco y oro”. Buscaba la fuerza del contraste entre el color del cabello y el blanco casi de porcelana de la piel y de las sábanas. El dibujo no ha quedado a la altura de la imagen pero, siendo sinceros, Lord Alfred tampoco lo estuvo.

Otra confesión: en estos días de frío espantoso en los que me cuesta tanto salir de la cama… ella me da envidia.

(Ilustración de Esperanza Peinado Plaza)

4 comentarios :

  1. Precioso!!! Me encanta, wapa, es una pasada :**********

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  2. Formidable. Pues sí, lord Alfred nunco estuvo a la altura. En cambio uno se puede esperar lo mejor de esta chica de eburnea piel y delicadas manos. ¡Qué manos!

    Emilio

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  3. Coincido con anónimo: ¡qué manos!

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