Mamam Brigitte noir
Mamam Brigitte es la esposa del
Barón Samedi, una loa de la muerte y la fertilidad igualmente poderosa, aunque
bastante menos conocida que su cónyuge. Por su posición entre los dos mundos me
pareció muy apropiada para la noche de Samhain, pero me ha encantado saber que,
al parecer, ella es de origen celta también. Desciende de Santa Brígida, como
atestiguan sus ojos color verde irlandés, y posiblemente llegase a Haití con
los deportados de Irlanda y Escocia. La tumba de la primera mujer enterrada en
cada cementerio de Haití se consagra a ella.
Malhablada, apasionada y buena bebedora,
como el resto de la familia, es famosa por ser una excelente danzarina y por
hacer cosas muy interesantes con los pimientos picantes. Se la representa
vestida de novia y con mariposas enlazadas en los cabellos, en alusión a la
brevedad de la vida.
Espero que paséis un gran Samhain y
un tranquilo Día de todos los Santos. O lo que prefiráis.
(La mayor parte de los datos se repiten en cualquier parte donde se hable del clan Guedé, aunque el origen celta de Mamam Brigitte lo leí por primera vez en esta página:
www.rootswithoutend.org)
(Ilustración: Esperanza Peinado Plaza)
Steampunk: viajando en el Nautilus
Bajo el mar, el tiempo transcurre de modo diferente. Dentro, en el silencio absoluto (si estás lejos de las bombas y los motores), mirando cambiar casi imperceptiblemente los azules, pasa lentamente, como las ballenas o esos otros animales inmensos, que son apenas un ojo enorme al otro lado del cristal. Fuera, el tiempo pasa muy deprisa, te bebes los minutos como el oxígeno. También decides si es de día o es de noche.
Y no hay fronteras o, al menos, no hay nadie que te las imponga. Cambias de sitio siguiendo tu instinto, como los bancos de peces.
Si lo piensas así, bajo el mar eres el señor del tiempo y del espacio.
Proyecto Diez Negritos: Ethel Rogers
Estos meses estoy trabajando con
Peká Editorial en un juego de mesa creado por Judit Hurtado Fernando Chavarría y basado en la novela Diez Negritos, de Agatha
Christie. Me gustan mucho los juegos (especialmente los que son cooperativos,
como éste, porque soy una pésima perdedora) y me encantan las novelas de misterio,
así que, pese a las horas de trabajo, estoy disfrutando intensamente este
proyecto.
Agatha Christie decía que Diez
Negritos (“And then there were none”, se llamó después) era su obra más
perfecta. También es una de las novelas policíacas más vendidas de la historia.
Parte de una premisa muy sencilla: Diez personas, aparentemente sin relación
entre sí (excepto el matrimonio de criados) son reunidos en una isla privada.
Pronto descubren que sí tienen algo en común, todos son responsables de la
muerte de alguien. Y acto seguido, descubren otro punto de unión: uno por uno, todos
están muriendo. La novela y el juego de mesa tienen el mismo objetivo,
descubrir cuál de los personajes es el asesino antes de que mate al resto. Como
en las diferentes adaptaciones de la historia, el asesino cambia en cada
partida, y se considera descubierto si reúnes durante el juego el número
suficiente de pistas.
No es un Cluedo, es muy divertido
y, a pesar de tener una mecánica muy ágil, tiene muchos componentes y, os lo
puedo asegurar, una estética muy cuidada. Os dejo aquí parte del proceso de
creación de la cocinera, Ethel Rogers.
(Ilustraciones de Esperanza Peinado)
El Séptimo Mar
Sólo usa un par de zapatos – las botas más cómodas que pudo
encontrar-, blande una espada llamada Fuego Blanco y tiene el pelo del color
del fuego, y aproximadamente igual de manejable.
Ygrain de Carleon es uno de mis personajes preferidos,
quizá por la forma en que disfruta la vida intensamente. No rechaza una
cerveza, ni una buena historia, ni una noche interesante en cualquier sentido. Como
Blanche DuBois, confía en la bondad de los desconocidos, pero sabe cómo reaccionar
si éstos defraudan sus expectativas.
El mono se llama Malaria. Lo bautizó así una compañera de
viaje que enumeraba las enfermedades que podía contagiarles, aunque según
Ygrain es porque, nada más verlo, su amiga se mareó y a continuación le
entraron sudores fríos. Malaria es, a grandes rasgos, cabezota, valiente,
comilón y temperamental, de modo que Ygrain y él se llevan de maravilla.
Como os digo, siento un cariño especial por este par, así
que no me extrañaría que más adelante os siga hablando de ellos.
0 Comentarios ¡Gracias! :