Querido Edward:

Espero que te encuentres bien. Me ha surgido un asunto privado por el que debo ausentarme durante unos días, quizás algo más. Ya he escrito una nota a la Señora Clampshire pero agradecería que, si asistes a la merienda, le reiteres mis disculpas.

También es posible que un individuo alto con rasgos eslavos y abrigo a cuadros intente matarme hoy a las cinco sobre el tejado de Saint John, Smith Square, por lo que sería pertinente avisar a Scotland Yard.

Sin otro particular, se despide atentamente tu tío,

Sir Frederick Rumsfeld II

(Ilustración de Esperanza Peinado)