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Asombrada por vivir sólo una historia, decidí probarlas todas, una a una. También escribo y dibujo.

jueves, 27 de agosto de 2015

En el rompeolas



Al final de cada turno del juego de Diez Negritos, debe leerse en voz alta un contratiempo y los jugadores votan si sucede o no. Como buen contratiempo, siempre es malo. A veces sólo es algo molesto y otras, desastroso pero, si uno sólo de los jugadores vota que ocurra, ocurre. La votación es secreta y votan todos menos uno. Puede que alguien vote a favor de que todo se vuelva aún más dificil porque sea el cómplice que juega contra el resto, o porque hay gente que sólo quiere ver arder el mundo (especialmente en España) pero el caso es que ocurre con cierta frecuencia y depende del resto sobrellevarlo o incluso sacarle partido.

A la hora de diseñar las cartas de votación, dado que los personajes están atrapados en una isla pensé que lo más claro era una playa. El tiempo en calma, la playa tranquila, facilitan cualquier actividad; la tormenta la entorpece. Estos son los dibujos originales, antes de añadirles marcos o símbolos para las cartas.


Ahora que se va acabando el verano me siento un poco en medio de estas dos cartas. Aún quedan días por delante de sol y playas tranquilas pero se va echando en falta la lluvia, ya sea para salir bajo la tormenta o para quedarse en casa con una taza y un libro. Con Diez Negritos, por ejemplo.

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